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La enorme playa ininterrumpida de Bah铆a Lomas se extiende por cerca de 30 millas a lo largo del Estrecho de Magallanes en Tierra del Fuego, en el extremo sur de Am茅rica del Sur. He permanecido durante horas esperando ver aves costeras en esta zona remota y deshabitada donde el viento sopla con fuerza huracanada, los 谩rboles est谩n permanentemente inclinados, y la marea menguante desaparece detr谩s del horizonte, a casi cuatro millas de distancia. Cuando regresa, cubriendo la vasta marisma, la siguen las aves costeras, miles de ellas, que aparecen primero como nubes de humo en la distancia y luego en grandes bandadas que suben y bajan en curvas suaves y sinuosas. Se posan en el lodo y, en ese momento, quedo rodeado de aves.
La mayor铆a son playeros rojos que han venido a pasar el invierno en esta gran playa. Los playeros rojos, que son apenas m谩s grandes que los mirlos, viajan cerca de 19.000 millas cada a帽o, y a veces vuelan durante seis u ocho d铆as seguidos sin detenerse para descansar o alimentarse. Su marat贸nico viaje, desde un extremo o otro de la tierra y viceversa, los distingue como unos de los voladores m谩s destacados del reino de las aves. Durante mucho tiempo, los ornit贸logos han reconocido a los playeros rojos como aves grandiosas. Alexander Sprunt Jr., un prominente ornit贸logo de Carolina del Sur, escritor, conservacionista apasionado y, desde 1935 hasta 1973, supervisor de los santuarios de la 探花精选 en el sur de los Estados Unidos, ha visto muchas aves carism谩ticas en su vida, incluidas las coloridas cotorras de Carolina y los legendarios carpinteros reales. No obstante, para Sprunt y su colega E. Burnham Chamberlain, quienes escribieron sobre el ave en la edici贸n de 1949 de South Carolina Bird Life, el peque帽o y desconocido playero era algo especial, y representaba "un estado salvaje y de libertad sin restricciones, que pocos han igualado y que ninguno ha superado".
Curioso por saber c贸mo estas aves tan peque帽as pod铆an realizar recorridos tan extraordinarios, los segu铆 desde de las traicioneras aguas del Estrecho de Magallanes, hacia un complejo tur铆stico lleno de gente en Argentina, a lo largo de la costa este de los Estados Unidos, hacia el 脕rtico helado, y luego de vuelta, a lo largo de las costas enlodadas de la Bah铆a de James, a trav茅s de la densa niebla en las Islas Mingan en Quebec, y posteriorimente hasta la bah铆a que se encuentra detr谩s de mi casa en Massachusetts. Los encontr茅 all铆 un d铆a de oto帽o: eran aves j贸venes que un par de meses antes hab铆an caminado media milla, tal vez una milla, desde sus nidos hacia el mar y luego, de manera incomprensible, hab铆an comenzado su primera gran migraci贸n, a lo largo de una ruta que nunca hab铆an recorrido, hacia un destino que nunca hab铆an visto. La historia 鈥攄e su tenacidad y de la tenacidad de las millones de personas que encontr茅 en el camino dedicadas a facilitar un paso seguro para las aves鈥 se convirti贸 en , The Narrow Edge: A Tiny Bird, an Ancient Crab, and an Epic Journey.
Cuando el libro iba camino a la imprenta, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los EE.UU. incluy贸 a los playeros rojos de la subespecie rufa como especie amenazada en el Acta de Especies en Peligro de Extinci贸n, convirti茅ndola en la primera ave de los Estados Unidos mencionada espec铆ficamente en riesgo porque el calentamiento global pone en peligro su existencia. El playero que describen, Calidris canutus rufa, es una de las seis subespecies de playero rojo del mundo, y se distinguen por migrar a lo largo de la costa este. Desde el a帽o 2000 la poblaci贸n de playeros rojos rufa se redujo en un 75% en los principales puntos de descanso. Seg煤n el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los EE.UU, es probable que las amenazas coloquen al playero rojo rufa "en peligro de extinci贸n en las pr贸ximas d茅cadas".
Uno podr铆a pensar que un ave que cada a帽o vuela a trav茅s del mundo ida y vuelta 鈥攗n ave que encuentra sustento y refugio en lugares tan amplios y diversos como la Costa de Jersey, el c铆rculo polar 谩rtico, y el Estrecho de Magallanes鈥 podr铆a ser inmune al calentamiento del planeta. Podr铆a, si uno de sus hogares o puntos de descanso dejara de ser adecuado, simplemente encontrar otro. Pero es m谩s complicado que eso.
En 2014, el equipo cient铆fico de 探花精选 public贸 los resultados de un estudio de siete a帽os que muestra c贸mo el calentamiento global podr铆a afectar a las especies de aves de Am茅rica del Norte en las pr贸ximas d茅cadas. El indic贸 que de las 588 especies de aves de Am茅rica del Norte consideradas en el estudio, 314 podr铆an perder m谩s de la mitad de su h谩bitat hacia el a帽o 2080. Esto significa que las zonas con las condiciones clim谩ticas espec铆ficas que estas aves necesitan para sobrevivir se reducir谩 o cambiar谩 de manera tan dram谩tica que les quedar谩 menos (con frecuencia mucho menos) de la mitad del h谩bitat adecuado del que disponen hoy en d铆a. Es una predicci贸n alarmante, sobre todo cuando no existe garant铆a de que las aves encontrar谩n un nuevo h谩bitat en otro lugar.
Las aves costeras pasan la vida en lugares delicados donde el mar se une con la tierra 鈥攗na de las primeras l铆neas de ataque del cambio clim谩tico鈥 y por lo tanto son particularmente vulnerables. En 2014, los cient铆ficos dirigidos por el investigador Michael Reed, de la Universidad de Tufts y Hector Galbraith, en aquel entonces afiliado al Centro Manomet para las Ciencias de la Conservaci贸n, informaron que el calentamiento global para casi el 90% de las aves costeras de Am茅rica del Norte. El equipo evalu贸 las amenazas que las aves podr铆an afrontar en un mundo que sufre de calentamiento global, y que incluyen la reducci贸n de la tundra, el crecimiento del mar, la acidificaci贸n de los oc茅anos, un clima cada vez m谩s tormentoso, y la dependencia en los entornos especializados, tal como la Bah铆a de Delaware. Seg煤n su an谩lisis, incluso en su sensibilidad m谩s baja, 20 poblaciones de aves costeras de Am茅rica del Norte, incluido el playero rojo, formar铆an parte de la categor铆a de m谩s alto riesgo del Plan de Conservaci贸n de Aves Costeras de los EE.UU.: 鈥渂ajo gran peligro鈥. A medida que su mundo se sigue calentando, los playeros rojos enfrentan amenazas en casi todas partes a lo largo de su ruta de vuelo: el mar, cada vez m谩s 谩cido y caliente, inhibe el crecimiento de los moluscos que las aves necesitan como alimento para llevar a cabo su impresionante migraci贸n; la elevaci贸n de los mares puede inundar su hogar en la costa; las temperaturas en aumento amenazan con reducir sus zonas de nidificaci贸n 谩rticas y con exponerlos a m谩s depredadores. Sin importar a d贸nde vayan, sin importar los nuevos hogares que puedan buscar, los playeros rojos no pueden escapar a los efectos del calentamiento global.
Para llevar a cabo sus largas migraciones, estas peque帽as aves requieren cantidades fenomenales de alimentos ricos en energ铆a. A lo largo del camino se atiborran de peque帽os mejillones y almejas, huevos de cangrejo herradura, y gusanos de mar, juntando energ铆a para los vuelos que tienen por delante, quem谩ndola al volar, y luego recargando una vez m谩s en la siguiente parada. En la Bah铆a de Delaware casi duplican su peso, una haza帽a metab贸lica que probablemente provocar铆a que cualquier humano que lo intente se enfermase de gravedad, pero que corona a los playeros como campeones de energ铆a en vuelos de larga distancia y uno de los consumidores de energ铆a m谩s r谩pidos y eficientes del reino animal. La acidificaci贸n del oc茅ano, una consecuencia en gran parte invisible del calentamiento global, pronto podr铆a poner en peligro la calidad del alimento de los playeros rojos, en caso de que no lo haya hecho a煤n.
A medida que aumentan las emisiones de di贸xido de carbono, el pH del agua de mar disminuye, y se reduce el contenido de aragonita, un mineral que las almejas, mejillones, ostras y vieiras necesitan para la construcci贸n de conchas fuertes. Cuando el agua de mar aumenta su acidez, las conchas de estos animales se vuelven m谩s peque帽as, delgadas y d茅biles, y sus larvas crecen m谩s lentamente, y menos de ellas sobreviven para asentarse en el fondo del mar. Los mejillones son incapaces de aferrarse a sus hogares en las llanuras de mareas rocosas. En un simposio de 2012, el Programa Internacional Geosfera-Biosfera, la Comisi贸n Oceanogr谩fica Intergubernamental de la UNESCO, y el Comit茅 Cient铆fico de Investigaciones Oce谩nicas concluyeron con "gran seguridad" que los moluscos son "uno de los grupos m谩s sensibles a la acidificaci贸n del oc茅ano". La acidez del oc茅ano est谩 aumentando r谩pidamente, m谩s de 10 veces m谩s r谩pido que en cualquier momento de los 煤ltimos 55 millones de a帽os, y posiblemente a un ritmo sin precedentes en los 煤ltimos 300 millones de a帽os. Los playeros rojos no exist铆an en ese entonces, no se benefician de una historia evolutiva de adaptaci贸n a estos r谩pidos cambios en la qu铆mica del oc茅ano y los problemas que ocasionan a los moluscos que son su principal fuente de alimento en la mayor铆a de lugares a lo largo de su ruta migratoria.
En un momento, cerca de la ciudad de R铆o Grande, Tierra del Fuego, los playeros que pasaban all铆 el invierno se deleitaban con una gran abundancia de almejas de caparaz贸n blando y mejillones azules, y juntaban m谩s energ铆a que en casi cualquier otro punto de descanso en toda su migraci贸n, a excepci贸n de la Bah铆a de Delaware. Hacia el a帽o 2008, R铆o Grande hab铆a crecido de manera significativa, y m谩s personas concurr铆an a la playa, lo cual significaba una molestia para las aves que se alimentaban. Adem谩s, su presa se hab铆a vuelto m谩s peque帽a. En las horas en las que las aves se alimentaban, antes de que la marea cubriera las marismas, el consumo de esta fuente de alimento una vez excepcional pas贸 a ser uno de los m谩s bajos de toda su ruta. En Bah铆a Lomas, un grupo de investigadores preocupados descubri贸 que las almejas 鈥攍a presa principal de los playeros鈥 ahora eran inexplicablemente peque帽as: apenas un cuarto de pulgada, y una cuarta parte del tama帽o de las de la misma especie que las aves comen en algunas marismas en Argentina. Se necesita financiaci贸n de manera urgente para determinar la funci贸n que cumple la acidificaci贸n del oc茅ano en este desarrollo alarmante.
M谩s al norte, en la Bah铆a de James, Ontario, Canad谩, donde m谩s del 10% de los playeros rojos se detienen para recuperar energ铆as en su viaje hacia el sur, el mar cada vez m谩s 谩cido tampoco presenta buenos augurios. Segu铆 a las aves hasta aqu铆 desde un campamento, solo accesible por tren y luego helic贸ptero, en la costa occidental de esta bah铆a aislada y remota, a donde vuelan los correlimos para atiborrarse con una peque帽a almeja, la Macoma balthica. A finales de la d茅cada de 1970, los cient铆ficos canadienses que analizaban el h谩bitat de la almeja encontraron grandes cantidades de las mismas en las llanuras de marea de este lugar, a densidades tan altas como 9.000 almejas por metro cuadrado. Tambi茅n descubrieron que a medida que se reduc铆a el pH, la densidad de las almejas disminu铆a. En 2014 otro grupo de cient铆ficos encontr贸 aguas superficiales en la Bah铆a de James con bajo contenido de aragonita y llegaron a la conclusi贸n de que se necesitaban investigaciones sobre las implicaciones biol贸gicas de esto "de forma urgente". Al otro lado del Atl谩ntico, en el norte de Europa, los cient铆ficos est谩n descubriendo que a medida que el pH del Mar B谩ltico desciende, el n煤mero de larvas de Macoma balthica que crece lo suficiente como para sobrevivir y establecerse en el fondo podr铆a disminuir al menos un tercio.
La acidificaci贸n del oc茅ano no se limita a las latitudes altas. Donde los r铆os se encuentran con el mar, el agua dulce y los afluentes contaminados pueden aumentar la acidificaci贸n del oc茅ano. Un equipo de 17 cient铆ficos dirigido por la Universidad de California en Davis vulnerables a la acidificaci贸n a lo largo de la costa este 鈥攅n la costa de Massachusetts, el Estrecho de Long Island, Virginia, y Carolina del Sur鈥 y muchas de ellas se superponen con las zonas de alimentaci贸n principales de los playeros.
No solo la acidificaci贸n genera un impacto en el alimento de los playeros: el calentamiento del agua tambi茅n lo hace. Cada primavera, en las islas de barrera de la Costa Este de Virginia, unos 13.000 playeros se detienen para darse un fest铆n de cr铆as de mejillones reci茅n asentadas en los bancos de turba de las islas. Aqu铆 los mejillones ya se encuentran en el extremo sur de su h谩bitat, la cual se est谩 desplazando hacia el norte a medida que la temperatura del oc茅ano aumenta 鈥攎谩s de 200 millas en 50 a帽os鈥. En los pr贸ximos a帽os, las larvas de los mejillones podr铆an no llegar a estas islas. La migraci贸n del playero rojo hacia el 脕rtico es como una escalera, y cada pelda帽o es ahora una estaci贸n de paso cr铆tica. La p茅rdida de unos pocos puntos de soporte m谩s, tal como los mejillones en Virginia, podr铆a poner en peligro todo el recorrido. Bryan Watts, director del Centro de Virginia para la Biolog铆a de la Conservaci贸n, lo expresa de la siguiente manera: "Reducir el men煤 de una especie no suele ser algo bueno. La p茅rdida de mejillones azules, los cuales parecen ser una fuente de energ铆a fundamental para los playeros en Virginia, har谩 que la tarea de obtener la grasa suficiente para llegar al 脕rtico en condiciones aptas para reproducirse sea mucho m谩s dif铆cil".
El calentamiento global repercute a lo largo de la ruta migratoria, a medida que la alza en los niveles de los mares amenaza con tragarse las marismas y playas donde los correlimos buscan alimento y descansan. Aunque el nivel del mar ha ido creciendo a lo largo del este de los Estados Unidos desde que la Edad de Hielo lleg贸 a su fin, el ritmo acelerado de la actualidad, junto con el desarrollo humano, evita que la costa se mueva naturalmente tierra adentro. Las casas, carreteras y dem谩s construcciones contiguas al mar 鈥攋unto con los mamparos, rompeolas y escolleras dise帽adas para protegerlas鈥 pueden incrementar la erosi贸n, lo que impide que las playas migren tierra adentro.
Las escolleras, presas y desviaciones de r铆os al norte del Refugio Nacional de Vida Silvestre de Cabo Romain, en Carolina del Sur, han dejado a sus playas bajas desprovistas de arena, y en las 煤ltimas d茅cadas las p茅rdidas han llegado a superar las ganancias de origen natural. La Isla de los P谩jaros, donde los playeros, rayadores y otras aves sol铆an posarse, se encuentra ahora inundada por la marea. Otra isla, llena de rayadores, charranes y pel铆canos, donde 3.000 playeros se han posado, tambi茅n est谩 desapareciendo: el agua ba帽a el terreno donde antes hab铆a una duna.
Eso no significa que no haya lugares donde el h谩bitat fundamental se ha mantenido. En Georgia, el r铆o Altamaha fluye sin obst谩culos hacia el mar, llevando arena que reconstruye los bancos de arena a partir del desplazamiento generado por la subida del agua. Gran parte del delta est谩 protegido contra el desarrollo por leyes de conservaci贸n, dejando el espacio necesario para que las playas retrocedan y se reformen. Una ma帽ana temprano, caminando por una de esas playas 鈥攗na playa que se hab铆a ampliado 200 pies en cinco a帽os鈥 vi una bandada de playeros. Su extra帽a habilidad para localizar el alimento m谩s rico y abundante los trajo hasta este lugar donde la noche anterior los cangrejos herradura hab铆a llegado a tierra para desovar.
La amenaza de la crecida de la marea da un gran descanso en la Bah铆a de Delaware, el Serengueti de la costa este para la migraci贸n de las aves costeras en primavera. En este lugar, el hurac谩n Sandy destruy贸 aproximadamente el 70% de las playas de desove del cangrejo herradura en Nueva Jersey. Aunque los cient铆ficos no pueden afirmar si Sandy fue una consecuencia directa del calentamiento global, descubrieron que en 1950 la probabilidad con la que se pod铆a presentar una tormenta de la escala de Sandy en las playas cerca y al sur de Atlantic City, incluyendo la Bah铆a de Delaware, era de quiz谩s una vez cada 100 a帽os; para el a帽o 2012 dichas probabilidades hab铆an aumentado a una vez cada algunas d茅cadas. Justo despu茅s de la tormenta, las organizaciones para la vida silvestre retiraron 800 toneladas de escombros y colocaron 45.000 toneladas de arena a lo largo de la Bah铆a de Delaware, reparando las playas de desove del cangrejo de herradura y ganando m谩s tiempo para las aves y los cangrejos de herradura a medida que crece el nivel del agua.
Al final de la larga migraci贸n de los playeros se encuentra su lugar de nidificaci贸n: miles de millas cuadradas repartidas por toda la remota tundra 谩rtica en la regi贸n central de Canad谩, donde el verano es corto. Una abundancia de insectos, menos par谩sitos y menos depredadores compensan los enormes costos de la extenuante migraci贸n hasta aqu铆. La seguridad es especialmente importante: en una distancia representada por 29 grados de latitud, las posibilidades de sufrir el saqueo de un nido son un 65% menores. El calentamiento del 脕rtico pone en peligro dicha protecci贸n.
Acompa帽茅 al equipo de aves costeras del Centro de Investigaci贸n Nacional de Vida Silvestre de Canad谩 hacia la isla de Southampton, justo al sur del c铆rculo polar 谩rtico. All铆 los playeros rojos anidan en las crestas de grava des茅rtica, las cuales les proporcionan una visi贸n clara de sus depredadores m谩s peligrosos: los salteadores y los zorros 谩rticos. Ambos depredadores tambi茅n se alimentan de leminos, unos roedores peludos cuyas poblaciones suben y bajan de forma dram谩tica en ciclos de entre tres y cinco a帽os. De haber abundado los leminos, los hubi茅semos encontrado dentro de nuestras botas, los hubi茅semos escuchado corriendo dentro de la caba帽a durante la noche, y hubi茅semos visto sus madrigueras en la hierba. No fue as铆. Cuando escasean los leminos, los salteadores y zorros 谩rticos suelen alimentarse de huevos de aves. Sol铆amos ver zorros 谩rticos trotando por las crestas, llevando los huevos robados a sus escondites. El ciclo de los leminos se ha estudiado en otras partes del 脕rtico y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim谩tico atribuye su disminuci贸n, con "gran seguridad", al calentamiento global. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos descubri贸 que aunque los playeros rojos han evolucionado para soportar el ciclo de aumento y reducci贸n de las poblaciones de leminos, la parte del "auge" del ciclo se ha visto disminuida, lo cual presenta una "amenaza sustancial" que pone en peligro el futuro de las nuevas generaciones de playeros rojos y la supervivencia de la poblaci贸n a largo plazo.
A medida que el mundo se calienta, los playeros rojos podr铆an perder sus hogares en el 脕rtico. En las crestas abiertas y pedregosas donde las aves anidan en la actualidad, la vegetaci贸n es escasa, un c煤mulo ocasional de saxifraga p煤rpura ilumina el paisaje gris, y unos sauces de pocas pulgadas de altura est谩n dispersos en medio de la roca. Pero a medida que el 脕rtico se vuelva m谩s verde, la l铆nea de 谩rboles se mover谩 hacia el norte y la tundra retroceder谩. Las crestas des茅rticas por donde caminaba todos los d铆as buscando nidos de aves costeras dar谩n paso a arbustos y luego a bosques. A medida que el liquen y el moho se conviertan en alisos, sauces m谩s altos y abedules, la tundra podr铆a reducirse a su tama帽o m谩s peque帽o en 21.000 a帽os. Debido a su ubicaci贸n, comprimido contra el oc茅ano 脕rtico, gran parte del 谩rea de reproducci贸n de los playeros en la tundra podr铆a desaparecer. Las aves, que viven en el extremo norte de las tierras al norte de la Tierra, no tienen mucho espacio para retroceder.
En la Bah铆a de Delaware sostuve un playero, sent铆 su coraz贸n latiendo contra mis dedos y acun茅 en mi palma al peque帽o p谩jaro que hab铆a viajado tantas millas, y ten铆a muchas m谩s a煤n por delante. Navegando en kayak hasta los bancos de arena en la bah铆a detr谩s de mi casa durante las mareas altas de primavera y oto帽o, he esperado horas mientras observaba a las aves costeras hacer una pausa para descansar en sus largas jornadas extraordinarias. Les deseo vientos favorables a medida que despegan, con la esperanza de que vivan para poder volver a estas aguas un a帽o m谩s, y que sus n煤meros vuelvan a aumentar. Muchas personas, una temporada tras otra, y una playa tras otra, trabajan para restaurar los hogares de los playeros rojos junto al mar, con el fin de asegurar que este 铆cono de "estado salvaje y libertad sin restricciones" vuelva a tener un puerto seguro y alimento en abundancia. Compartimos el hogar de los playeros rojos junto al mar. A medida que las consecuencias del calentamiento global comienzan a resonar en la ruta migratoria, el modo en el que enfrentemos lo que es tal vez la mayor crisis 茅tica de nuestra generaci贸n determinar谩 no solo su destino, sino tambi茅n el destino de millones de otras aves costeras.